MONEDA Y BANCA EN SANTANDER. Miguel José Pinilla Gutiérrez y Pedro Antonio Vivas Guevara.

 

 

Temas como el comercio indígena, las primeras monedas, la moneda en la época de la Independencia, las primeras falsificaciones de la moneda, las diversas monedas que circularon al mismo tiempo dentro del Estado Soberano de Santander, la acuñación de la moneda, la moneda de níquel, la aparición de los billetes, los primeros bancos, el Banco de Santander, el Banco del Norte, el Banco de Pamplona, el Banco Prendario de Soto, el Banco Nacional, los billetes particulares, la época del general Reyes González y su compañía Reyes González y Hermanos, una empresa con características bancarias; los billetes que – increíblemente- fueron emitidos durante la Guerra de los Mil Días sin respaldo alguno tanto por el Gobierno Nacional conservador como por el “gobierno provisorio” liberal revolucionario, la banca en el siglo XX, el Banco Central de Colombia, el Banco de San Gil, el Banco de la Mutualidad y, por supuesto, la banca moderna, el sistema bancario de Bucaramanga, el Banco de la República, el Banco de Colombia, el Banco Comercial Antioqueño o Bancoquia, el Banco de Bogotá, la Caja de Crédito Agrario, el Banco Central Hipotecario, el Banco del Comercio, el Banco Industrial Colombiano (BIC), el Banco Popular, el Banco Cafetero o Bancafé, el Banco Ganadero y la Corporación Financiera de Santander, todo eso y mucho más encuentra el lector en el magnífico, colorido e interesante libro que los historiadores santandereanos Miguel José Pinilla Gutiérrez, Miembro de Número y expresidente de la Academia de Historia de Santander, y Pedro Antonio Vivas Guevara, igualmente Miembro de Número de la Academia, ambos además ingenieros industriales de la UIS y el primero de ellos también ingeniero civil, escribieron y publicaron, en primera edición, bajo el sello editorial de la Asociación Bancaria de Colombia Comité Regional Bucaramanga, entidad de la cual el coautor Pinilla Gutiérrez fue presidente.

 

 

Gracias al libro de los doctores Pinilla Gutiérrez y Vivas Guevara aprendimos que dentro de las primeras formas de comercio se destacó, por largo tiempo, el de la concurrencia indígena,  cada ocho soles, alrededor de “una gran piedra localizada en el sitio de Sorocotá” y el intercambio de las mantas de algodón por los terrones de sal traídos de Zipaquirá, pero que, posteriormente, “sanas costumbres, practicadas ejemplarmente durante toda la colonia, derrotaron comercialmente las primeras monedas traídas por los españoles e impusieron por la fuerza de la tradición cultural, el HILO DE ALGODÓN como la primera MONEDA de curso legal en la historia monetaria de Colombia”. (págs. 9 y 13).

 

 

Aprendimos, además, que por la azarosa época de la Insurrección de los Comuneros, una revolución que, según el libro, tuvo dentro de sus principales causas una poco estudiada, esto es, la de haber gravado España con el impuesto de Barlovento nada menos que el hilo de algodón, que fue como gravar directamente la moneda, circularon otras monedas, las cuales, “según parece, unas eran para ricos y otras para pobres”, como fueron los patacones, los reales, los pesos, los cuartillos y los vellones, monedas de curso legal de todas las cuales se habla en el primer borrador de las Capitulaciones que el comandante de los Comuneros Juan Francisco Berbeo presentó ante los comisionados de la Real Audiencia. También existen documentos en los que se mencionan los tomines.

 

 

El general Bolívar, ya como presidente de la Gran Colombia, dictó su primer decreto en materia monetaria, el 21 de noviembre de 1819, hablando de “monedas de plata (…) del valor de un peso fuerte y medio peso fuerte” y prohibiendo la emisión, por parte de la Casa de la Moneda, de “monedas de plata de valor de un real y una peseta”.
Ya fallecido el Libertador, se habla durante los años 1846 a 1853, de monedas como el cóndor, el medio cóndor y el quinto de cóndor (que eran de oro), el peso, la peseta, el real, el medio real y el cuartillo (que eran de plata) y el centavo y el medio centavo (que eran de cobre).

 

 

La obra se adentra en la época del Estado Soberano de Santander cuando se permite que los particulares también acuñen monedas, se autoriza expresamente lo que ya era un hecho de la costumbre comercial, esto es, el tráfico de moneda extranjera a par con la circulación de la moneda nacional, y se plantean y deciden los previsibles litigios por la no aceptación de moneda extranjera por parte de algunos. El libro reseña que “El forcejeo entre los poderes del Estado para obligar a los comerciantes a recibir toda clase de monedas frente al exclusivismo ganado en el libre juego del comercio, de algunas monedas, por su mejor calidad como mercancías, parece que fue una constante durante todo el tiempo que permanecieron vigentes las leyes del Estado Soberano de Santander”.

 

 

 

Aunque toda la obra es de enorme valor histórico, en nuestra Historia de Bucaramanga destacamos, de manera muy especial, el pasaje anecdótico de los billetes de la guerra.
Anotamos allí, en efecto, que hacia 1899 “la situación era extremadamente grave en el terreno económico. La inflación subió a límites extremos. El gobierno emitía y emitía dinero, sin respaldo alguno. En el terreno político, el liberalismo se sentía excluido en forma arbitraria. Solo contaba con dos senadores frente a noventa y cuatro conservadores. Estos se hallan divididos entre históricos y nacionalistas. Sólo éstos apoyan al gobierno. Por el contrario, un comunicado de los históricos deja en claro que “…el gobierno actual…no corresponde a los ideales, prácticas y aspiraciones del partido conservador…los conservadores no están en la obligación moral de apoyarlo y compartir con él la responsabilidad de sus actos…”.
“Pero no todo el partido liberal está en pie de guerra. Hay un sector pacifista”.
“Realmente, las condiciones para el inicio de la guerra no estaban dadas. Aun así, los jefes belicistas se lanzaron a ella”.

Estalla, entonces, apuntamos, la Guerra de los Mil Días. Y es en pleno desarrollo de esta confrontación militar cuando se produce el hecho que destacamos de la obra de los historiadores Pinilla Gutiérrez y Vivas Guevara. Así quedó registrado en nuestra Historia de Bucaramanga:

 

 

“En todo caso, es el general Gabriel Vargas Santos quien, en cambio, de Uribe Uribe, resulta nombrado presidente provisorio de Colombia (Pamplona, 24 de diciembre de 1899).

Entonces, como se ha dicho, después de Peralonso, las tropas liberales se toman a Bucaramanga. Las huestes gubernamentales la han desocupado antes (28 de diciembre de 1899).

Desde Bucaramanga, los liberales en armas lanzan un manifiesto (enero de 1900). Aquí también, y aprovechando los esqueletos del Banco de Santander, lanzan emisiones de moneda.

Hubo en aquel momento, pues, no sólo billetes emitidos por el gobierno conservador, sino también billetes emitidos por el llamado gobierno provisorio liberal, ambos con idéntica pobreza de respaldo.

Los historiadores Miguel José Pinilla Gutiérrez y Pedro Antonio Vivas Guevara rememoran, bajo el título “Los billetes de la guerra” lo acaecido con estas emisiones de papel moneda en plena guerra de los mil días.

 

 

“La guerra de los Mil Días…en materia de moneda y banca también nos dejó un pequeño recordatorio. Los preparativos para el comienzo de las acciones que debían iniciarse con el consabido pronunciamiento en la capital de Santander por parte del liberalismo, y el equipamiento del ejército conservador para hacerle frente, habían agotado completamente las arcas del país.
Al iniciarse la contienda, tanto los revolucionarios de Uribe Uribe, como los conservadores gobiernistas de Sanclemente, estaban en la inopia, sin circulante para la compra de vituallas y municiones. Los soldados de uno y otro bando, semidesnudos y hambreados, combatían, a falta de pólvora, con machetes y garrotes. El gobierno, en más de una ocasión tuvo que recurrir a la emisión de billetes sin ningún respaldo para atender a la emergencia de la guerra.
El gobierno enviaba los presupuestos provinciales en billetes de cien pesos, cuyo poder adquisitivo los hacía obsoletos y no servían para el pago de raciones de tropa ni para las necesidades diarias, restringiéndose el comercio al trueque e incentivándose el pillaje.
Para prevenir tales males mayores, el jefe civil y militar de la provincia de Ocaña, Ignacio S. Hoyos, expidió el decreto 112 de 3 de mayo de 1900…”.

“En dicho decreto -continúa nuestra Historia, siempre siguiendo la obra de Pinilla Gutiérrez y Vivas Guevara- se dispuso crear una junta compuesta por los comerciantes Manuel Roca Rincón y Manuel García Padilla, y por el propio Jefe Civil y Militar Ignacio S. Hoyos, para emitir billetes de un peso por la cantidad de hasta cuarenta mil pesos, los cuales quedaban como de circulación forzosa, debiendo dichos billetes ser firmados por los tres miembros.

Pero, entonces, los revolucionarios liberales no se quedaron atrás.

Pinilla Gutiérrez y Vivas Guevara prosiguen:

 

 

“Los vaivenes de la guerra son impredecibles. Días después, la guerrilla liberal que regresaba de Palonegro, se tomó la ciudad, comandada por el general Uribe Uribe, quien notando escasas sus faltriqueras, siguió el ejemplo de los gobiernistas, y en decreto del 15 de junio de 1900, se autorizó la emisión de los rebeldes con letra y tenor similar al de los conservadores, y considerando:

“Art. 1o. Que el billete del Banco Nacional en circulación en la provincia, sujetos al régimen republicano que persigue la revolución es en su mayor parte de cien y de cincuenta pesos, lo que embaraza grandemente al ejército en sus operaciones y en las compras diarias…

Art. 2o. Que casi no exite (sic) la moneda fraccionaria de nikel (sic)…

DECRETA

Art. 1o. Desde la promulgación del presente decreto la jefatura civil y militar dispone una emisión de cien mil pesos en billetes de tesorería de uno, cinco y diez pesos con destino a los gastos de la revolución…

Art. 3o. Al Tesorero General corresponde darles entrada en la caja con las formalidades que prescriben las reglas de contabilidad.

Art. 4o. Los billetes que conforme al presente decreto se expidan, serán redimibles con el 5% del producto líquido de las aduanas desde seis meses después de terminada la presente revolución, como lo dispone el decreto número 6 del 6 de enero de 1900, dictado en Santander por el supremo director de la guerra sobre emisión de billetes para gastos de la revolución.

Parágrafo. Los billetes de que trata este decreto serán de forzosa aceptación a la par del billete del Banco Nacional”.

Esta segunda emisión ocañera, sin respaldo económico ni reservas legales, fue tan ortodoxa como si la ordenara hoy cualquier grupo alzado en armas.

Los billetes fueron firmados por el intendente, mayor general de los ejércitos del norte, Enrique Alejandro Isaza, por el general Luis Felipe Ulloa y por los doctores Eduardo Villar y Julio C. Caballero, circularon hasta el fin de la guerra, en 1902, y representan un pasaje curioso y poco difundido de la historia de la economía colombiana”.

 

 

Nuestra cita remata con el siguiente pie de página: “PINILLA GUTIÉRREZ, Miguel José. VIVAS GUEVARA, Pedro Antonio. Moneda y banca en Santander. Asociación Bancaria de Colombia. Comité Regional de Bucaramanga. Iris Impresores. Bucaramanga. 1990, p.p. 265, 266 y 267. El libro de los historiadores Pinilla y Vivas está ilustrado con fotografías a todo color de los billetes y las monedas de la época y constituye una obra verdaderamente valiosa de la bibliografía santandereana”. (Véase: GÓMEZ GÓMEZ, Óscar Humberto. Historia de Bucaramanga. (Sic) Editorial. Bucaramanga. 2009, p.p. 151, 152 y 153).

No son, pues, estas líneas de nuestro portal la primera ocasión en que resaltamos ese estupendo libro que es Moneda y banca en Santander.

 

 

 

LOS AUTORES

 

 

El doctor Miguel José Pinilla Gutiérrez nació en Girón / Santander en 1946. Obtuvo su título de ingeniero civil en la Universidad Industrial de Santander (UIS) y allí mismo se graduó como ingeniero industrial. Es magíster en Administración de Empresas de la Universidad Santo Tomás. Cursó la especialización en Análisis Organizacional en la Escuela Interamericana de Administración Pública Getulio Vargas de Brasil. Adelantó el diplomado en Informática en el Instituto Nacional de Administración Pública en Alcalá de Henares / España. Ha sido profesor, Miembro del Consejo Superior y Rector de la UIS, Secretario de Obras Públicas de Bucaramanga, gerente de la Electrificadora de Santander, director ejecutivo de la Asociación Bancaria de Colombia Comité Regional de Bucaramanga, Diputado a la Asamblea Departamental de Santander por el Partido Conservador, presidente del Comité de Gremios y Asociaciones Profesionales de Santander y presidente de la Academia de Historia de Santander, institución de la cual es Miembro de Número. La Cámara Junior de Bucaramanga lo distinguió en 1975 como Ejecutivo Sobresaliente.

 

 

El doctor Pedro Antonio Vivas Guevara es oriundo de Charalá / Santander, donde nació en 1948. Obtuvo su título de ingeniero industrial en la Universidad Industrial de Santander (UIS). Ha sido profesor universitario. Adelantó estudios de Administración e Investigación de Archivos Históricos. Es Miembro de Número de la Academia de Historia de Santander. Ha escrito y publicado los libros 20 AÑOS DE INGENIERÍA INDUSTRIAL EN COLOMBIA, ACERCAMIENTO CRÍTICO A LAS CRÓNICAS DE BUCARAMANGA, LOS PRONUNCIAMIENTOS: ORIGEN DE LAS GUERRAS CIVILES COLOMBIANAS, HISTORIA DE LA INGENIERÍA EN SANTANDER y EL PROCESO DE FUNDACIÓN DE LOS MUNICIPIOS SANTANDEREANOS.

 

LA SEGUNDA EDICIÓN

 

Moneda y banca en Santander arribó a su 2a edición el 13 de setiembre del 2011, veintiún años después de la primera, que vio la luz el 22 de noviembre de 1990. En esta oportunidad, el libro fue publicado bajo el sello editor de la Corporación Crezcamos.

 

 

Felicitamos públicamente a los historiadores Miguel José Pinilla Gutiérrez y Pedro Antonio Vivas Guevara por este invaluable aporte al conocimiento de nuestra economía y de nuestra historia. Libros como este deberían ser adoptados por la secretaría de educación de Bucaramanga, por la secretaría de educación de Santander y hasta por el ministerio de educación nacional como textos cuya enseñanza se impartiera en escuelas, colegios y universidades para que las nuevas generaciones de bumangueses, santandereanos y colombianos conozcan el devenir local, regional y nacional en materias tan sensibles y de tanta significación dentro de las tareas que se imponen con miras a la cabal formación cultural de los hombres y de las mujeres del mañana.

 

¡Gracias por compartirla!
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15 respuestas a MONEDA Y BANCA EN SANTANDER. Miguel José Pinilla Gutiérrez y Pedro Antonio Vivas Guevara.

  1. Santander en la Red dijo:

    Con relación a la adquisición del libro, y a fin de evitar que sigan creciendo los malentendidos, “Santander en la Red” ACLARA que el informe publicado acerca de la obra de los doctores Pinilla y Vivas se hizo con base en un ejemplar de la primera edición, pues de la segunda aún no contamos con ninguno. Hace algún tiempo no tenemos contacto personal con los autores y es seguro que ninguno de ellos ha leído los mensajes, pues conociendo su don de gentes sabemos de sobra que se habrían puesto en contacto, máxime que, como es obvio, es de suponer que existe, seguramente, un interés en ampliar el conocimiento de la obra. Resulta conveniente tener en cuenta que esta clase de libros, por lo general, tienen unos tirajes muy específicos, destinados por la entidad que los edita a las personas que ella misma determina como aquellas en cuyas manos quiere poner la obra. Infortunadamente, los libros de contenido histórico, cultural o científico no suelen imprimirse en grandes tiradas, no suelen ser libros “populares”, pues solo las personas cultas los acogen. En todo caso, si precisamos que la obra se esté vendiendo en algún sitio —en Bucaramanga o fuera de ella—, con todo gusto lo daremos a conocer de inmediato. Cordial saludo.

    • Helbert Schneider dijo:

      Estimado Óscar, como santandereano agradezco su interés y profesionalismo para mantener viva la santandereanidad.

      Quisiera preguntar si ya tienes alguna idea de dónde conseguir el libro, quizá averiguando en la Corporación Crezcamos?

      Agradezco nuevamente su tiempo y colaboración, cordial saludo.

      • Santander en la Red dijo:

        Apreciado Helbert: Nuestra sugerencia es la de contactar a los autores en la Academia de Historia de Santander, calle 37 No. 12 – 15 (Casa de Bolívar), teléfono 6304258.

        Un abrazo.

        • Helbert Schneider dijo:

          Estimado,

          Contacté con la Academia de Historia de Santander. Me respondió Claudia M., quien aparentemente es la directora de la Casa de Bolivar preguntándome la cantidad de libros que necesitaba. Aclaré que estaba interesado en una copia, no soy un vendedor ni nada por el estilo y no obtuve más respuestas. Al parecer sólo venderán si el pedido es de varias copias.

          Ojalá que en poco tiempo puedan hacerlo y sacar a la venta tan preciado documento.

          Quería dejar esa información para su conocimiento.

          Saludos.

          • Santander en la Red dijo:

            Vamos a tratar de contactar directamente al ingeniero Miguel José Pinilla Gutiérrez y daremos a conocer lo que se hable con él al respecto.

            Cordial saludo.

  2. Andrés González dijo:

    Se ve que a estos doctores no les interesa en lo más mínimo que nosotros consigamos uno o varios ejemplares de su libro; en mi caso, quería comprar unos 10 para vender a diferentes historiadores y coleccionistas, incluido yo, pero frente a su negativa de, por mínima educación, responder, ya no tengo interés alguno en conseguirlo; gracias por su arrogancia.

    • www.oscarhumbertogomezgomez.com Santander en la Red dijo:

      La verdad, apreciado Andrés, es que el libro, al parecer, solo se editó para ser distribuido en un círculo muy especial. En realidad, esta clase de obras no son de distribución popular. Te sugiero que te comuniques con la Casa de Bolívar, calle 37 carrera 12 esquina, Bucaramanga.

  3. Mario Rafael Rojas Otero. dijo:

    Hola, vivo en Cali y mi deseo es adquirir un ejemplar del libro; en qué sitio se puede conseguir; muchas felicitaciones por su publicación, pero es muy importante leerlo y estudiarlo.

    • www.oscarhumbertogomez.com Santander en la Red dijo:

      No sabemos, Mario, si en Cali se pueda conseguir. Lamentablemente, esta clase de libros son de tirajes destinados a un núcleo puntual de personas, no son obras populares o de circulación masiva, aunque deberían serlo. Te sugerimos, en todo caso, comunicarte con la Casa de Bolívar, Bucaramanga.

      Gracias por escribirnos.

  4. Sergio Jaramillo dijo:

    Hola; deseo saber dónde puedo comprar su libro. Vivo en Medellín, y acá no me ha sido posible conseguirlo.

    • www.oscarhumbertogomez.com Santander en la Red dijo:

      ¡Hola, Sergio! La verdad es que desconocemos si en Medellín lo estén vendiendo. Entendemos que se trata de una obra que se editó para una entidad específicamente. Sin embargo, comunícate con la Casa de Bolívar de Bucaramanga a ver si allí lo están vendiendo.

      Gracias por el mensaje.

  5. Gustavo Ruiz Díaz dijo:

    Ve…qué bueno…doctores Miguel José y Pedro Vivas…me alegro mucho y los felicito sinceramente…

    • Andrés González dijo:

      Buenas tardes; deseo conseguir el libro; lo he averiguado en muchas librerías de Bogotá y Medellín y no lo conocen. ¿Dónde lo puedo conseguir? Gracias.

      • www.oscarhumbertogomez.com Santander en la Red dijo:

        La verdad, Andrés, es que ignoramos dónde lo estén vendiendo. Si llegamos a saberlo, te responderemos. Cordial saludo.

  6. Miguel José Pinilla y Pedro Antonio Vivas dijo:

    Apreciado Dr. Oscar Humberto Gómez Gómez, usted nos sabrá entender la demora de este mensaje de agradecimento a su generoso comentario al libro MONEDA Y BANCA EN SANTANDER , que de verdad nos enaltece y nos llena de orgullo. Mil gracias por habernos tenido en cuenta en su magnífica sección de libros tan leída y comentada. Personas que no conocían el libro nos han llamado para felicitarnos y solicitarnos un ejemplar.
    Con nuestro afectuoso saludo reciba un abrazo.
    Miguel José Pinilla– Pedro Antonio Vivas.

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