Ibas subiendo la calle
aquella tarde cualquiera,
la calle adonde los buses
llegaban de dar sus vueltas,
la de la tienda de Joaco,
la calle de las obleas,
la que subía hasta el Albania
por una empinada cuesta
que bordeaba la loma
donde volaban cometas,
y, entonces, cuando me viste
y yo te vi, Margie Ojeda,
sonriendo, ¡Hola! dijiste
y yo te di igual respuesta.
Y aquella imagen sencilla,
de joven sencilla y buena,
de hermana de aquella niña
que a mí en la ocasión primera
me hizo sentir turbado
sin que se lo propusiera,
aquella imagen de alumna
de un colegio que era Escuela,
aquella imagen, guardada
se me quedó en la conciencia,
y esta tarde la he evocado
con nitidez, Margie Ojeda.
Y otra tarde, sabatina,
allá en la larga carrera
donde quedaba tu casa,
allá hacia el sur de la iglesia,
me perseguiste corriendo
en medio de la gambeta,
y me recuerdo en huída,
y te recuerdo muy cerca,
y te recuerdo mirando
mi risa de sinvergüenza,
celebrando la victoria
de haber logrado mis piernas
que tocarme no lograras
y así vencerte en la brega,
que no pudieras decirme
aquello de que “¡la lleva!”,
y tu carita sonriente,
sin maquillajes de fiesta,
aquella cara bonita,
sin salones de belleza,
aquella cara de joven,
de chica linda y auténtica,
la he evocado esta tarde
con nitidez, Margie Ojeda.
Podría seguir escribiendo
los recuerdos de la época,
nuestros ingresos al templo
y al club contiguo a la iglesia,
donde jugamos sonrientes
sencillos juegos de mesa,
nuestros encuentros nocturnos
para ver telenovelas,
las veces en que bailamos
imaginando la orquesta
o recibimos la hostia
con apoyo en la patena
o cantamos villancicos
tocando las panderetas
o hablamos allá en las gradas
de cuestiones académicas
o nos contamos un chiste
para paliar la tristeza;
podría, pero no quiero
contar todo en estas letras;
prefiero algún otro día,
en otra tarde cualquiera,
volver a añorar recuerdos,
volver a llenar ausencias,
volver a evocar tu nombre
y tu amistad, Margie Ojeda.
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Ruitoque, Mesa de las Tempestades, Área Metropolitana de Bucaramanga, viernes 3 de julio de 2020.
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NOTA DEL PORTAL: Para el año 1969, el autor de esta poesía —por entonces un muchacho de 13 años de edad— vivía varias cuadras al noreste de donde residía la jovencita a la que está dedicada.
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* Derechos Reservados de Autor. 2020.
Buenas noches, maestro; lo saludo desde la Puerta de Oro de Santander para felicitarlo por este regalazo poético que me he encontrado de pura chiripa.
Con mis deseos por una Navidad en paz y alegría,
L. C. González
Barbosa, Santander
Hola, Dr. Oscar. La verdad, no sabía que escribía poesías; por lo visto llego tarde, pero me pondré al día. Lo felicito de verdad por esta poesía tan romántica. Qué hermoso que a uno lo recuerden así. Gracias por deleitarnos con sus canciones y con estos versos tan lindos que escribe.
Oscar, cómo estás. Te felicito por tu delicado poema y por mantener vivo en tu blog el espíritu poético, que bastante falta nos hace en estos tiempos difíciles.
Un saludo afectuoso.
Karen
Apoyo la idea de Pilar: hay letra para una canción.
¡Nostálgica! Tiene una belleza muy especial.
Linda poesía.
¡Qué bonita!
Qué poema tan bello.
Muy lindo.
Me gustó, Oscar.
Aquí estamos recordando que por la calle 32, que era “la calle a donde llegaban los buses” de la que habla la poesía, se subía hasta la carrera 50, que era por donde se iba hasta La Flora; ese barrio se llamaba “Miraflores”. Y si era empinada la calle que subía hasta esa carrera, como dice la poesía, esta carrera sí que era más empinada. En cuanto a la loma “donde elevaban cometas”, de ella no queda sino el recuerdo, mi doctor Oscar; ahí construyeron un condominio. Y la casa donde quedaba la estación de los buses la tumbaron y construyeron otro condominio. Reciba nuestro saludo y nuestra felicitación.
Excelente y muy clara su precisión. Muchas gracias.
Me habían contado que le dedicó una poesía a Margie Ojeda, recordándola de adolescente, pero no la había leído. En verdad, es muy muy linda. Hermosa recordación la que hace el maestro Oscar, el mismo que compuso y grabó ese himno que es “El campesino embejucado”. Mis felicitaciones, maestro Oscar, y que, como ha escrito aquí más de uno, volvamos a saber de nuevas canciones suyas. Su amigo y servidor. Arturo Gómez.
Muchas gracias, Arturo.
Definitivamente una hermosura, Oscar Humberto. ¡Qué recuerdos tan bellos!
¡Qué poesía más tierna, doctor Oscar! Me gustó mucho. No sé por qué, pero me recordó los felices años de mi niñez, mis amigos, mi barrio, todo. Lo felicito por recordar a las personas así.
Atte:
Esmeralda Guevara
Romántica. Felicitaciones, Oscar Humberto. Una sugerencia: póngale música.
Evocadora, delicada y bella. Lo felicito, Oscar.
Mis sinceras felicitaciones, maestro; muy linda la poesía.
Preciosa poesía, Oscar. Saludos.
Fabuloso, maestro Oscar. Muy romántico.
¿No tiene por casualidad foticos? Sería bellísimo, doctor Oscar Humberto.
No, infortunadamente no tengo fotos, Jenny. De paso, si alguien las tiene serán bienvenidas.
Gracias por tu sugerencia.
Muy bueno, Oscar. Un saludo afectuoso.
David
¡Lindo! Mil gracias, Oscar.
Hermosos los versos, maestro Oscar. Por aquí se le recuerda. Muchas saludes.
Una juventud sana.
Ud era acólito; lo recuerdo. Años maravillosos.
¡Qué época!
¡¡¡Hermoso!!!
Sencillamente una hermosura. Estas son las historias que me gustan, y cuando son en poesía, me gustan más. Felicitaciones, maestro; muy linda.
Me gustó; muy bello.
El padre Pablo Arias; inolvidable.
Oscar y Los Científicos 1970 en los tanques, el parque del acueducto, los domingos. Qué verraquera de recuerdos.
Conservo la foto, Jaime; la conservaré siempre.
¡Bellísima!
Yo iba a jugar al club. Qué época tan inolvidable. Gracias, doctor, por recordármela.
La telenovela en 1969 se llamaba “Candó”; actuaban Judy Henríquez, Julio César Luna y Dora Cadavid. Cómo olvidarlo. Qué poema tan lindo.
Buenos días, maestro. Felicitaciones por esta remembranza cargada de nostalgia y de belleza en la que usted ha sabido resumir lo que fue para todos nosotros una época maravillosa y ha sabido expresar, además, con tanta dulzura, el sentimiento de amistad y de gratitud hacia una persona que para ese entonces era apenas una jovencita de colegio que, al igual que usted, maestro Oscar, apenas empezaba a abrirse paso en la vida. En el barrio que adivino detrás de sus versos yo no viví, pero sí tuve muy buenos amigos. Hermosos, de verdad, esos recuerdos.
Atte:
German Alarcón
Oye, Oscar, qué poesía más bonita la que le has escrito a tu amiga de juventud. Te felicito. Un abrazo desde el encierro muy fuerte para ti.
Fernando
Hola, Oscar, qué sorpresa volver a saber de usted después de tantos años y saber que, como siempre, sigue con sus poesías y su romanticismo. Muy bonita la poesía. Ojalá podamos volver a vernos para recordar viejos tiempos. Felicitaciones por ese talento que se conserva intacto.
Muy lindo, Oscar.
Buenas tardes. Quiero felicitar a Oscar Humberto por esa memoria y esa sensibilidad poética, que me ha hecho retroceder en el tiempo y recordar con nostalgia aquellos años 60s que tuvimos la fortuna de vivir, tan bellos y tan sanos. Gracias.
Oscar, qué agradable sorpresa; muy linda la poesía y llena de buenos recuerdos también para mí. Mis felicitaciones, Oscar.
Ramiro Carrillo.
Hola, Oscar Humberto, ¿cómo está? Qué poesía tan linda a Margie. Gracias.
Me parece especialmente hermosa la ternura con la que exalta la figura de la cuñada, que es a quien realmente le hace el poema. Si uno lo lee con atención se da cuenta de que no era de ella de quien el chico andaba enamorado, pero le tenía un especial cariño, un cariño de una gran pureza. Muy lindo.
Gracias, Clemencia, eres muy amable. Sin embargo, quisiera aclararte que, en realidad, yo jamás llegué a ser novio de la jovencita aquella a la que te refieres y que, como tú dices, aparece dentro del poema en el papel de hermana de Margie; esa jovencita fue, digamos, la niña que, por primera vez en la vida, me hizo latir el corazón con más fuerza, pero a quien, finalmente, no me acerqué jamás, entre otras razones porque me advirtieron que ya tenía novio. Sin embargo, en alguna forma sí es cierto lo que tú comentas sobre la figura de la cuñada, pues de alguna manera eso fue Margie: digamos que fue la cuñada que nunca tuve, pero por quien profesé un particular afecto y a quien hoy recuerdo con inmenso cariño.
De nuevo, te agradezco mucho tu mensaje.
Lindooo, Oscar; qué regreso tan maravilloso a aquellos años y al que fue nuestro barrio. Gracias mil por este regalazo.
Yo conocí a la niña a la que le dedica su bellísimo poema y lo conocí a usted, Oscar Humberto, y conocí todo lo que usted describe en estos versos tan lindos. Nosotros no éramos amigos, pero a usted particularmente lo recuerdo como un vecino estudioso, decente y un buen muchacho. De pronto creo que era un poco serio para su edad. Me ha emocionado mucho esta poesía. Me hizo derramar unas cuantas lágrimas, pero me siento feliz de recordar todo eso, el barrio, la iglesia, el club, el parque, la loma, las cometas, la estación de los buses, todo. Qué bello. Dios lo bendiga y lo siga llenando de talento. Elisa.
Lo felicito, doctor Oscar Humberto, hacía rato no me llegaba una poesía tan evocadora y bella.
“El Último Guane” es la más pura expresión romántica y nostálgica de un amigo del que conocemos su gran sensibilidad humana y social.
Muy bellos los versos, doctor Oscar Humberto; lo felicito. ¿Qué pasó con la música? Yo estuve hace años en el auditorio de la UIS la noche del colegio Las Pachas; su presentación esa noche fue excelente; le cuento que me hizo llorar con esa canción de los niños que tienen que dormir en los andenes; y le cuento que no fui la única porque a mi lado había una monjita jovencita llorando también; y volví a llorar cuando el público se puso de pie; fue muy emocionante; no fui a saludarlo porque me dio pena de que, de pronto, no me dejaran entrar a los camerinos. Muchas bendiciones, doctor, y que siga cosechando éxitos.
Muy lindos los versos y muy expresivo y precioso el poema.
La poesía no muere porque la belleza, el amor, la amistad y los buenos recuerdos de las almas sensibles no lo permitirán. Ojalá me siguieran llegando versos como estos, sobre todo en los momentos en los que me siento desalentada, decepcionada y triste.
Hermosa poesía que nos hace recordar nuestros años cuando éramos tan sólo unos muchachos y alguna niña bonita, como dije en mi anterior mensaje, nos hacía sentir mariposas en el cuerpo cuando la veíamos en uno de aquellos encuentros casuales. Me encantó la descripción de cada momento. Felicitaciones, Oscar Humberto.
Mil gracias, Guillermo. Un cálido saludo para ti y tu familia, y para todos allá en Tunja.
Genial la poesía, doctor Oscar, y ojalá nos siga deleitando con sus canciones, que también tienen mucha poesía y mucha sensibilidad humana y social. El blog está muy bonito; la verdad, no lo conocía.
Bendiciones, maestro; estupendos los versos. Un saludo muy especial desde Medellín; por aquí se le recuerda.
Óscar : Quiero agradecerte por tan hermosa poesía. Pero también manifestar que no dejo de sentir admiración por tan lindos recuerdos que Margie logró despertar con su inocencia y sonrisa en el alma de nuestro gran Abogado, Escritor, Poeta y Amigo, autor del hermoso poema. Esto nos muestra la sensibilidad de su alma.
Las amistades que tuvimos son un tesoro que todos guardamos en el cofre de nuestros buenos recuerdos.
¡Hola, Poeta! Yo iba a estudiar a ese barrio y también disfruté de la amistad de personas tan inolvidables como lo fue para usted su joven amiga de la que hablan sus hermosos versos. Son muchos, muchísimos los recuerdos lindos que tengo de ese barrio, de esa época y de la gente que conocí. Gracias mil, Poeta.
Hermosa poesía; me transporté en el tiempo, cuando los sentimientos fluían de nuestro corazón diáfanos y puros por alguna muchacha de nuestra juventud que lograba hacernos sentir mariposas en el estómago cuando la veíamos.
Gracias, Guillermo. Un abrazo para ti y los tuyos allá en Tunja.
Bella la poesía y, además, refleja un alma buena de quien la hizo. Retrata la clase de personas que eran tanto la jovencita como su amigo de barrio: muchachos sanos y que supieron vivir plenamente su juventud gracias a su fe en Dios y a que supieron sacarles partido a las cosas sencillas. Me la reenviaron y sinceramente me gustó; me pareció sencilla, como esos muchachos amigos de barrio.
Muy bonito el blog, maestro; muy lindo el poema. Espero el próximo.
Hola, Oscar, me gustó mucho esta poesía. No olvide la música. Saludos.
Con razón dicen que “recordar es vivir”. Me hizo volver al pasado, a mis años de estudiante. Gracias.
Bonito poema.
Oscar : es maravilloso leer tus poesías, pero mejor aún poder palpar en tus palabras tus hermosos y puros sentimientos de cariño y amistad nobles y sinceros, que también tienen el poder de trasladarnos a nuestra época de preadolescentes y llegan así recuerdos inolvidables. Gracias por la belleza de tus escritos que llegan al alma y desprenden lágrimas.
Oscar, muy linda su poesía “A Margie Ojeda”. Regresé a nuestros tiempos del colegio. Que mi Dios lo bendiga.
Me reenviaron el poema y también su último disco, maestro Oscar Humberto. Ambos excelentes. Felicitaciones.
Maestro Oscar: mil gracias por los versos y por la música. Me alegró recibirlos. La persona que me los envió fue vecina suya y me contó detalles de esa época y de ese barrio, todos muy lindos.
Su poesía nos transporta en el tiempo y en el espacio sin salir de casa. Hermosa.
Las obleas eran en la calle 32 como con carrera 46 y se llamaban SAN. Muy hermosa recordación.
Muchas gracias por reconfortarnos espiritualmente con ese mundo como tan mágico y como tan romántico al que nos transporta la poesía. Yo sinceramente pensaba que eso ya se había acabado. Felicitaciones, doctor Oscar.
Linda poesía. Digna de un maestro de su talla. Saludos.
Muchas gracias, doctora Ana Lucía.
Es muy bello el recordar los amigos y los lindos y agradables momentos que pasamos a su lado. A veces son tan profundos y dejan una huella tan inolvidable en nuestro corazón, que nos queda muy fácil traerlos al presente y rememorarlos con esos bellos versos, que con tanta facilidad brotan de tu mente, para agradecer, como a Margie, el haber compartido contigo y formar parte de tu pasado esa bella amistad.
“Volver a evocar tu nombre
Y tu amistad, Margie Ojeda”.
¡Qué lindo!
Linda poesía, maestro Oscar, felicitaciones.
Quiero enviarle una sincera felicitación, maestro, por su muy sensible poesía, que alguien muy cercano me compartió. De paso, animarlo para que también retome la música, opinión que comparte TOTALMENTE mi remitente. Ambos creemos que es ahí, como artista, donde más lo necesitamos y donde más le puede usted prestar un invaluable servicio a nuestra sociedad. Saludo cordial.
Hermosos los versos y lo que le traen a uno a la mente: los amigos del barrio, la época del colegio, los primeros bailes, nuestra fe, toda la carga de nuestras ilusiones. Felicitaciones, y mil gracias.
Qué bella manera de rendirle tributo a la amistad, a una niña de valores y a unos tiempos que yo tenía como guardados en el cofre de los recuerdos y que leyendo la poesía ha sido como si se me hubieran revivido todos al tiempo. Gracias por ese regalo tan bello.
Lo felicito, y no solo por esa poesía tan linda que le escribió a su amiga de aquella lejana época, y que me fascinó, sino también por cultivar un valor tan hermoso como el de la gratitud, que aquí se ve reflejado en la forma como enaltece el recuerdo de una persona que le dio alegría cuando apenas estaba entrando en los años hermosos de la juventud y con quien se ve que compartió los mismos valores, unos valores cristianos que lamentablemente hoy por hoy van de capa caída.
¡Hola, compae, qué belleza de poesía! Como para dejar penetrar nuestra niñez en lo más recóndito de nuestra alma. Saludos.
El recuerdo de lo que fue una amistad verdadera jamás muere para las almas superiores. Felicitaciones por mantener vigentes valores que ya casi no se ven en nuestra sociedad cargada de materialismo y alejamiento de Dios y de la virtud. Se nota que era una juventud sana y respetuosa de la mujer. Me gustó de verdad.
Hermosa, sencillamente hermosa. Me gustó.
Linda la poesía, maestro. Y que no sea la del estribo.
La gambeta… la conversación en las gradas… la misa en la mañana del domingo… ¡qué años tan inolvidables!… Preciosa la poesía. Gracias.
Hermoso poema a la amistad.
Felicitaciones por tan bella poesía.
Ciro
Muy bonita la poesía y me parece muy bonito también que se le hagan estos homenajes a la amistad y a las personas que fueron nuestros amigos en momentos especiales de la vida. Felicitaciones.
Muy linda la poesía.
¡Ahhh… La nostalgia!
Sí, arquitecto Herazo, la nostalgia.
Un saludo especial para usted y todos los suyos allá en Cartagena.
Versos que dibujan a una gran persona llamada Margie, a una gran persona que todavía la recuerda con cariño a pesar de tantos años, y a una gran época como fueron los sesentas. La combinación perfecta para producir lo que tenía que producir: una pieza poética de gran sensibilidad, que logró emocionarme. De verdad, felicitaciones al autor y a la destinataria.
Me enviaron esta poesía, Oscar. Una poesía excelente, de una gran ternura. Aquí estoy leyendo otras y de veras que están muy bacanas. Voy a pegarle una barrida a todo el blog. Un fuerte abrazo.
Atte:
Carlos Serrano
Qué bello ser recordado así.
Bellísima y dulce poesía. Grata recordación no solo de una persona, sino también de una época.
Qué grato formar parte de esas añoranzas, aún en la memoria a pesar del paso del tiempo.
También yo de niño intentaba escribir sencillos poemas para congraciarme con alguna hermosa colegial que encontraba en el camino. Lamentablemente los perdí … o me los perdieron los curas del internado donde estudiaba. Parece que era pecado admirar la belleza, salvo que fuera la de insensibles y frías imágenes de yeso. Pero todo es importante en la vida … aprender a pecar es de los mejores placeres que existen.
A retomar la pluma, Carlos.