HUMBERTO MARTÍNEZ SALCEDO, EL MAESTRO SALUSTIANO: REMEMBRANZAS DE UN SANTANDEREANO. [Capítulo Primero]. Por Óscar Humberto Gómez Gómez, Miembro de la Academia de Historia de Santander y Miembro del Colegio Nacional de Periodistas.

 

La revista Semana, en su edición del 24 de febrero de 1986 y bajo el título La muerte de un quijote, publicó la siguiente semblanza:

“El lunes 20 de enero se paralizó el tráfico en la Avenida Chile de Bogotá, a las 12:30. La Iglesia de la Porciúncula que en días de semana apenas sí es visitada por un puñado de oficinistas, se vio colmada y las calles aledañas estaban atestadas de gentes de todas las clases sociales que, compungidas, esperaban la salida de un féretro.
Se trataba de los funerales del abogado y periodista Humberto Martínez Salcedo, considerado por muchos como el primer humorista del país y conocido nacionalmente a través de la televisión por personajes como el del “Maestro Salustiano Tapias”, en Sábados Felices o el del “Maestro Taverita”, en Don Chinche. Pero el reconocimiento a la figura de Martínez Salcedo no obedece solamente a estas caracterizaciones recientes, sino que se remonta a tres décadas atrás, cuando hacía sus primeras incursiones en la radio. Allí se haría conocer por sus radioperiódicos, en los cuales entre chiste y chanza fustigaba con vehemencia, pero sin saña, a políticos e instituciones, y allí también ganaría el título de imitador de voces sin par en el ámbito nacional.
La H.J.C.K. fue su primer hogar, y hasta el final de sus días sería “considerado como de esta casa”, dice Gloria Valencia de Castaño. Allí alternaba sus estudios de derecho en la Universidad Nacional con el perifoneo de un “Curso de Apreciación Musical” elaborado por Otto de Greiff. Curso que ha servido a varias generaciones para adquirir cultura musical. La locución la hacía conjuntamente con Gloria Valencia, quien cuenta a SEMANA que en las fiestas de fin de año Martínez Salcedo comenzó a mostrar sus aptitudes histriónicas e imitativas. “Su voz privilegiada daba todos los matices que se quisiera”. En la H.J.C.K. no sólo encontró un hogar sino a su esposa, Aleida, secretaria en ese entonces de Alvaro Castaño Castillo, director de la emisora, y hoy, después de 35 años, secretaria ejecutiva de la empresa.
Pero la radio y sus estudios no eran las únicas actividades de Martínez Salcedo. En su juventud, junto con estudiantes de la Universidad Libre, conformó el grupo de teatro de la Radio Nacional, que dirigió el maestro Bernardo Romero Lozano. Y del teatro pasó a hacer humor. “En julio de 1957–contó a SEMANA Antonio Ramírez–dos meses después de la caída de Rojas Pinilla, montamos la primera revista humorística radial que se llamó La Cantaleta y que se pasaba por la emisora Suramérica de propiedad del doctor Abel Naranjo Villegas”. El grupo lo componían además de Antonio Ramírez y Humberto Martínez Salcedo, los ya fallecidos Hernando Latorre Prieto, conocido como el “Chato” Latorre y Ricardo Arbeláez. De esta época es la creación del personaje del “Maestro Salustiano”, que representaba el “Chato” Latorre.
Y también desde esa época comienzan las censuras, las multas y las cancelaciones de los programas de Martínez Salcedo. La tenaza empresarial conocida entonces como la “Mano Negra” hizo quebrar la emisora Suramérica, y de allí Humberto Martínez Salcedo y sus tres mosqueteros se fueron para Radio Santa Fe, en donde crearon el famoso radioperiódico El Pereque. Con la inauguración de la televisión, la programadora de Guillermo Gálvez abrió las puertas a Martínez Salcedo en su espacio dominical de Telefiesta. Así que ya graduado como abogado, su tiempo lo dividía entre la televisión y la radio.
Martínez decía que para esa época el único programa de humor de la T.V. era el espacio del padre García Herreros.
Pero la radio era esquiva, por las continuas sanciones. De Santa Fe les tocó pasarse a Radio Juventud, creando el radioperiódico El Duende, que el mismo día de su inauguración fue cancelado porque Martínez Salcedo hizo una imitación del presidente Guillermo León Valencia, que era famoso cazador, planteando un problema político del momento en términos de cazadores y con fondo del sonido de los disparos. La imitación fue tan perfecta, que confundió a muchos que le preguntaron al Presidente sobre su intervención en el programa. La sanción no se hizo esperar.
Regresaron Martínez y su grupo nuevamente a Radio Santa Fe y crearon La Tapa. Con el paso de los días la audiencia crecía. En alguna ocasión, en vez de cancelar el programa, el Ministerio de Comunicaciones les impuso una multa altísima que fue sufragada en su totalidad por los radioescuchas de manera espontánea y como una forma de materializar su respaldo al programa. Otra vez que los sancionaron decidieron rellenar con música el programa vacío, pero perfectamente editada de modo que también tuviera un mensaje. Y el Mincomunicaciones procedió a llamarles la atención por esa música “subversiva”.
Porque la música fue otra de las gomas que mantuvo Humberto Martínez. Por muchos años dirigió Nocturnal Colombiano. Fue además el promotor del Festival de Tiple Nacional que se realiza en Vélez, Santander. Trabajó mucho con el maestro José A. Morales de quien se hizo entrañable amigo, y cuyos bambucos utilizó como “fuentes bautismales”.
Así a su finca de Choachí la bautizó como “Pueblito viejo”, a su cocina la llamó “Pescador, lucero y río”, a la tienda, como denominaba a la alacena, le puso “María Antonia”, y la meseta que se veía al frente recibió el nombre de “Meseta Bucaramanga”. La fiesta de inauguración de esa finca la hizo con el maestro Jaime Llano González y tipleros. Y fue también por el tiple que nació su profunda amistad con Pedro Nel Martínez, quien hace en Sábados Felices la caracterización de “El Santandereano” Pedro Nel recuerda que en los últimos tiempos los dos salían a menudo a dar serenatas, como la que le dieron a Aleida, su hija, cuando cumplió quince años, en la que Humberto Martínez le compuso una canción muy linda.
En la última época de su vida Martínez Salcedo se dedicaba a escribir los libretos para el programa radial El Corcho, por el cual recibió el Premio Nacional de Periodismo en 1984, los de “El telechismero”, la “Telebobela” y “A reír en serio”, de Sábados Felices. También realizó en algunas ocasiones el guión para el programa Don Chinche. Participaba con libreto propio en un segmento del programa El Mundo de Hoy y de Mañana, y dirigía Colombia y su Folclor, ambos de Alejandro Munévar Televisión. Fue precisamente realizando este programa en Iza (Boyacá) cuando murió Humberto Martinez. Se acostó y se puso a leer. Esa fue la imagen que vieron las personas que lo encontraron muerto, con un libro en sus manos, sereno y apacible como un niño dormido.
“Con Humberto Martínez Salcedo no sólo se acaban los humoristas finos e incisivos como Klim o Alfonso Castillo Gómez, sino la generación de esos finos cachacos santafereños que sabían decir un piropo adecuado a las mujeres”, dice Jacqueline Henríquez, una de las actrices de Sábados Felices. Un amante sin par de Colombia, de sus costumbres, de su música, un recopilador de la sabiduría popular. Pero el pueblo en algunas ocasiones lo agravió, como sucedió hace poco en Cúcuta, cuando era jurado en un reinado y a la gente no le gustó el fallo y lo agredieron fisicamente. Sin embargo, ese mismo pueblo lo hizo objeto de un sentido reconocimiento y de un cálido homenaje de despedida.
Daniel Samper Pizano en la nota que escribió sobre su muerte, dice: “Con su estampa de quijote criollo se dejó morir en una venta boyacense, de muy cervantina manera””.

 

 

Hasta aquí la semblanza de la revista Semana, hace ya más de 30 años, a propósito del fallecimiento del maestro Humberto Martínez Salcedo.

Hoy, tanto tiempo después, la frágil memoria de los hombres —y, particularmente, la de un pueblo tan desmemoriado como el colombiano— obliga a que, de nuevo, alguien se refiera a él y a su personaje.

Lo haremos, desde luego, a través de los recuerdos.

De los buenos recuerdos, por supuesto.

(CONTINUARÁ).

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2 respuestas a HUMBERTO MARTÍNEZ SALCEDO, EL MAESTRO SALUSTIANO: REMEMBRANZAS DE UN SANTANDEREANO. [Capítulo Primero]. Por Óscar Humberto Gómez Gómez, Miembro de la Academia de Historia de Santander y Miembro del Colegio Nacional de Periodistas.

  1. Xenia Ortiz de Blackburn dijo:

    Muy grato recordar y resaltar una hoja de vida tan íntegra e interesante como la de nuestro muy querido maestro Salustiano Tapias, otro representante de nuestra tierra santandereana digno de evocar con orgullo.

  2. Muchas gracias por tan importante rememoración. Quienes lo conocimos y con él compartimos, este hombre que tanto hizo por Colombia y los colombianos, nos traslada a una época plena de dificultades para el periodismo que el “maestro Salustiano” sufrió en carne propia. Creo que Kekar, que tanto compartió con él, con la magia de su caricatura puede dibujarnos una imagen de este abogado, honrado ciudadano y excelente periodista y humorista, para su próxima entrega.
    Cordial saludo,
    Alanjaba.

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