FRENTE AL ESPEJO. Por: El Último Guane

Hoy rememoro mi vida
Parado frente al espejo,
Hoy yo me miro a los ojos
Mientras viajo a los recuerdos,
Hoy me pregunto a mí mismo
Si lo hice bien, si fui recto,
Hoy yo repaso las horas
Y los años que se fueron.

Me veo niño en la escuela
oyendo atento los cuentos,
Con lápiz y borrador,
Con un cuaderno Modelo,
La Alegría de leer
Mirando más que leyendo,
Mientras me enseñan el mundo
Con la tiza y el tablero.

No tengo televisor,
Tampoco tengo teléfono,
Y en mi casa la piscina
Es un lavadero inmenso
En donde flotan mis barcos,
Donde navegan mis sueños,
Y me baño con totuma
Teniendo el cielo por techo.

No hay en mi casa nevera
Y el propano pasa lejos,
En cambio tengo tres patios
Y en el más grande de ellos
Hay gente bailando cumbia
En fiestas que yo presencio
Y desde entonces descubro
Que ser feliz también puedo.

Disfruto Semana Santa,
Me asombran los nazarenos,
Me agradan las procesiones,
Me gusta el olor a incienso,
Con mi madre hago el vía crucis,
Voy con ella al cementerio
Y el Jueves Santo en la noche
Visito los monumentos.

Cuando se vienen las ferias,
las carrozas y el estrépito,
Me voy a ver los desfiles,
A la Quince, donde el pueblo
Olvida un día sus hambres
De justicia, y pan, y techo,
Y siente que con las bandas
Sus problemas se van lejos.

Y cuando viene diciembre,
Los pesebres, los obsequios,
Los fuegos artificiales,
Papá Noel y sus renos,
Los villancicos que suenan
Y las estrellas de ensueño
Desaparecen las penas
Por artes de sortilegio.

Estoy de nuevo en las calles
Solitarias de otros tiempos,
Con dirección al oriente,
Andando a paso ligero,
Pues cuando dieron las cinco
Las campanadas del templo
Abandonamos la escuela
José Camacho Carreño.

Allá, de overol azul,
ahora estoy en el Técnico,
Sintiendo que no hay futuro
Al frente de un torno viejo,
Pues aunque en el himno dice
Que estoy forjando luceros,
Yo solo forjo tristezas
A punta de yunque y fuego.

Me encuentro en el Santander
Con otras reglas de juego,
No existen allá talleres,
Ni la sirena al recreo,
En cambio toco los tiples
Y entono pasillos lentos,
E incluso doy serenatas
Y romántico me he vuelto.

Y ya en la Universidad
Me veo estudiando Derecho,
Grabando las conferencias
En un aparato viejo,
En cintas que luego escucho
Mientras copio todo el tiempo,
Sin que nadie se imagine
Lo alegre que allí me siento.

Sé que cambiaré el mundo
Citando un código añejo,
Que cuando los jueces me escuchen
Dirán que razón sí tengo,
Y entonces ya no habrá niños
Al descubierto durmiendo
En un andén solitario
Sobre un colchón de concreto.

Tengo mil planes en mente
Para el bien de nuestro pueblo,
Y los caminos presentes
Me los estoy aprendiendo:
Se hará la Revolución,
Gobernarán los honestos
Y el mundo será distinto
Porque será un mundo nuevo.

Así es como pienso entonces
Con espíritu sincero,
Lo escucho por todas partes,
Y en todas partes lo siento,
Lo dicen los estudiantes,
Y algunos de mis maestros,
Y hasta se explica el futuro
En la voz de los expertos.

A la postre solo el odio
Fue el único compañero,
Pues nada de cuanto hablaban
Al final resultó cierto:
Todos fueron generosos
Distribuyendo lo ajeno
Y aquella torpe violencia
No produjo sino muertos.

Hoy, que ya no soy joven,
Que empiezo a volverme viejo,
Aquí parado esta noche
Mirándome en el espejo,
He repasado mi vida
Y entonces he descubierto
Que sin Amor en el mundo
Son imposibles los sueños.

ILUSTRACIÓN: Wilhem Bendz (Odense, Dinamarca, 1804 – Vicenza, Italia, 1832). El pintor Ditlev Blunk observando un boceto a través del espejo. (1826). Museo Nacional de Dinamarca. Copenhague.